EL GRAVE PROBLEMA DE LOS OCÉANOS:
"LA
SOBREPESCA"
Este artículo se publicó en la Revista AcuSub
#199
El océano es una gran fuente de recursos y adolece
de falta de regulación en buena parte de las actividades que allí se realizan.
Es un bien común, y fuera de las aguas
territoriales de los estados se aplica la ley del más fuerte y la de sálvese
quien pueda.
En lugar de preservarlo y considerarlo un recurso
valioso, los humanos lo estamos poniendo en peligro, utilizándolo como un
basurero y esquilmándolo.
Analizar esta situación no es fácil, teniendo en
cuenta que no es un problema que detecten y denuncien los estados, sino que son
las instituciones y convenios internacionales, a menudo sin competencias para
regular la explotación del océano, las que analizan sus causas.
Este artículo pretende dar unas breves pinceladas
sobre la situación de la explotación actual de los recursos pesqueros.
El tema es complicado y depende de la suma de
muchas voluntades para poder solucionar sus problemas, poco a poco más
conocidos por la sociedad, cada vez más exigente con la sostenibilidad en la
gestión de sus recursos.
Capturas de pez espada en la lonja de Vigo.
En este sentido es bueno escuchar las reflexiones
de los especialistas en cuanto a conocimiento y divulgación del medio marino.
Entre ellos, David
Attemborough, el locutor y naturalista, el cual nos advierte:
Nuestras
aguas se enfrentan a la mayor amenaza de su historia, por causa de la
sobrepesca, que está poniendo en riesgo todo el ecosistema.
No solo
hay que cuidar la naturaleza, hay que tratarla con respeto y reverencia.
El
futuro de ella está en nuestras manos, en nuestra vida diaria, sin despilfarrar
sus recursos, de los que tanto dependemos.
No
solo se trata de no malgastar la energía, sino de tratar a la naturaleza con un
gran respeto, porque formamos parte de ella.
UN PROBLEMA COMPLEJO Y GLOBAL
Los recursos pesqueros son una fuente importante de
proteínas para la alimentación de personas en todo el planeta.
Según Friends
of Ocean Action, un grupo de más de 50 líderes mundiales, convocado por
el Foro Económico Mundial y el Instituto de Recursos Mundiales, estos recursos
están en peligro porque casi el 90% de las poblaciones de peces marinos del
mundo están actualmente totalmente explotadas, sobreexplotadas o agotadas.
El impacto de la pesca excesiva se hace sentir en
todo el mundo.
Provoca la degradación de los ecosistemas, y afecta
el tamaño de los peces que quedan por pescar, así como la forma en que se
reproducen y la velocidad a la que maduran.
Cuando se eliminan demasiados peces de una
determinada especie, toda la cadena alimenticia se resiente y los
desequilibrios resultantes pueden ser devastadores para otras especies marinas,
como es el caso de las tortugas marinas y los corales.
El
bacalao atlántico sufrió una grave sobreexplotación en el Atlántico Norte,
especialmente en los caladeros de Terranova, entre 1970 y 1980, por lo que la
población colapsó.
La sobrepesca lleva siempre a la pérdida de
biodiversidad. Toda la cadena alimentaria se resiente y solo quedarán algunas
especies residuales, como las medusas.
A la hora de analizar el problema también hay que
considerar el aspecto económico, porque hay muchas empresas y empleos que dependen
de la industria pesquera.
Cuando la pesca se resiente, las economías costeras
que dependen de ella también se ponen en riesgo.
Un ejemplo, en Galicia el sector de la pesca
representa en torno al 9 % del total de los sectores productivos.
Poner en peligro los caladeros donde operan los
pescadores gallegos por causa de prácticas insostenibles a la larga afectará a
la supervivencia de los propios pescadores, que verán reducida su capacidad de
capturar peces y tendrán que buscar otros caladeros, o reconvertirse a otros
sectores.
Entre el 10 y el 12% de
la población mundial depende de la pesca y de la acuicultura, estando el 84 % en
Asia.
A toda esta maraña de intereses se añade un nuevo
factor que lo complica todo, las prácticas de pesca ilegales y no reguladas,
las cuales son difíciles de rastrear y que, según los expertos son la clave del
problema.
Se define pesca ilegal como aquella que viola las
normas de una pesquería (una zona de
pesca con regulación de capturas), por no declarar las capturas, o bien
porque se opera en una pesquería no regulada, que no está gestionada.
Este concepto se conoce también como pesca ilegal
no declarada y no regulada (INDNR, o por
sus siglas en inglés IUU).
Este gráfico describe las “múltiples ilegalidades”
de la “pesca ilegal”: Uso de artes destructivas, violación de medidas de
conservación, cuando existen, pescar en zonas restringidas o sin regular,
pescar sin permiso, falsificación de estadísticas de pesca y violar las cuotas,
pesca en zonas no autorizadas de alta mar, donde los gobiernos no tienen
jurisdicción.
Este es un problema en el que el ciudadano poco
puede hacer, porque es difícil para los consumidores saber si el pescado
consumido ha sido capturado legalmente.
La lucha contra la pesca ilegal deben liderarla los
gobiernos, fundamentalmente estableciendo planes de gestión de sus pesquerías o
caladeros y exigiendo que sus barcos faenen en pesquerías con planes de
gestión.
Esto último es difícil de conseguir cuando los
barcos faenan en aguas de países en vías de desarrollo, sin capacidad técnica y
económica para gestionar sus recursos.
Hace años ningún gobierno se planteaba la gestión
eficaz de los recursos pesqueros, pero las alarmas ante la escasez de los
recursos han obligado a muchos a empezar a preocuparse.
La buena noticia es que actualmente la difícil
situación del océano está aumentando su presencia en la agenda de la política
internacional y se están empezando a tomar medidas.
De cara a analizar la situación y proponer medidas,
Friends of Ocean Action trabaja en colaboración con el Centro de Soluciones
Oceánicas de la Universidad de Stanford, y centra sus esfuerzos en tres
frentes: obtener mejores datos para ayudar a detectar y eliminar la pesca
ilegal, aumentar la trazabilidad y la transparencia en todas las cadenas de
suministro y alentar la cooperación internacional para evitar que los barcos
desembarquen capturas ilegales.
La tecnología podría ayudar en esta cuestión,
permitiendo un mejor seguimiento y medición, permitiendo así a los gobiernos o
a la UE establecer sanciones a los incumplidores.
Un ejemplo: los científicos del proyecto National
Geographic Pristine Seas han utilizado satélites para rastrear los buques
marinos desde el espacio, siguiendo a los buques de pesca industrial.
Y se dieron cuenta de un dato importante: más del
55% de la superficie del océano se explota para la pesca industrial, más de
cuatro veces el área de tierra cubierta por la agricultura.
Estamos explotando los océanos mucho más
intensamente de los que creíamos.
En menos de un año, los líderes mundiales se
reunirán en la 2ª CONFERENCIA OCEÁNICA
de la ONU, en Lisboa (2-6 junio 2020), con el objetivo de
acordar cómo ampliar la acción por los océanos.
Pesca excesiva, plástico y residuos serán algunas
de las amenazas a nuestras aguas que tendrán que tratar, y con ellas tendrán su
agenda repleta.
LAS CIFRAS Y LOS HECHOS EN EUROPA Y EN EL MUNDO
El público en general es ajeno a la problemática de
los océanos y debe ser informado.
Por ello a continuación, de manera esquemática,
citamos algunas cifras y hechos, indicando la fuente de los datos:
Casi el 90 % de los stocks de pesca mundiales están
explotados al máximo, sobreexplotados o agotados, y un tercio han colapsado ya
(FAO);
El 62% de los stocks pesqueros del Atlántico y el
82 % del Mediterráneo están sobreexplotados (Comisión Europea, 2011);
La flota de la Unión Europea es capaz de capturar
entre dos y tres veces más pescado del que los stocks son capaces de reponer de
forma natural (Comisión Europea, 2008);
Casi una cuarta parte (1,2 millones de toneladas) de las capturas de la UE se pescan en el
extranjero, en aguas internacionales y de otros países (Comisión Europea, 2008);
La UE reconoce que, en la mayoría de países
europeos, el coste de subvencionar y administrar el sector pesquero excede al
valor de las capturas (Comisión Europea,
2009);
En gran parte del mundo la sobrepesca se lleva a
cabo por flotas que operan ilegalmente en otros países (diferentes a los de su origen).
El 22 % de las capturas anuales mundiales proviene
de la pesca ilegal, robando a las comunidades y países costeros (The Friends of Ocean Action).
Estas cifras son valores medios: WWF indica que el rango oscila entre el
13 y el 31 % de la producción total notificada de productos de la pesca, y en
algunas regiones esta cifra puede alcanzar hasta el 40 %;
La pesca robada (pesca no declarada y no regulada) supone 23,5 miles de millones de
dólares cada año, a comunidades y países costeros (FAO);
A causa de ello todo el océano se pone en riesgo, y
se afecta a 3 mil millones de personas que dependen de la pesca en el mundo
como fuente primaria de proteínas. (WWF).
En algunos de esos países, flotas ilegales roban
hasta un tercio de su pesca (Stanford
Center for Ocean Solutions).
Las flotas ilegales a menudo están controladas por
grupos criminales, que también trafican con armas, drogas y personas, y
utilizan esclavos como mano de obra en sus barcos.
Aunque se están realizando esfuerzos para luchar
contra la pesca ilegal, se estima que en 2007 las importaciones de pescado en
la UE, provenientes de capturas ilegales alcanzaron un valor de 1.100 millones
de euros al año. (Comisión Europea, 2007).
LA FLOTA PESQUERA MUNDIAL Y ESPAÑOLA
China encabeza la flota pesquera más potente del
mundo.
Indonesia, Estados Unidos, Rusia y Perú son los
países que le siguen en cuanto a capturas.
España es una gran potencia pesquera, la más
importante de Europa, con un 15 % de las capturas.
Los barcos de la flota española tienen una enorme
capacidad y nuestra industria recibe el 50 % de las subvenciones pesqueras de
la Unión Europea (4 veces más que Italia
y 5 veces más que Francia).
Según Greenpeace, estas subvenciones se han
utilizado para financiar el desarrollo de artes de pesca muy destructivas, como
el arrastre de fondo, e incluso se han financiado barcos cuyos propietarios
están implicados en pesca ilegal.
En su informe “La pesca en España: una lección
no aprendida”, Greenpeace explica que los Barcos Arrastreros de Profundidad,
los mayores de la flota española, pescan en el Atlántico, lo que incluye las costas
africanas.
Capturan moluscos (pulpo y calamar), gambas, langostas y especies de profundidad como
el bacalao y la merluza.
Casi la mitad de los barcos están registrados en
Galicia; Andalucía, Cataluña e Islas Canarias acogen otros puertos importantes.
Vigo es el puerto con mayor densidad de barcos
mayores de 25 metros de eslora.
Un dato interesante: una parte importante de la
flota pesquera opera bajo armador o empresas españolas, pero sus barcos no
tienen bandera española, y por lo tanto escapan a las estadísticas de España.
POSIBLES SOLUCIONES
Los conservacionistas europeos proponen las
siguientes soluciones para la sobrepesca en Europa:
·
Reducir
el tamaño de la flota, eliminado primero las artes más destructivas y poco
selectivas;
·
Apoyar
la creación de una Red de Reservas Marinas donde no se pueda pescar, para
proteger los hábitats y especies;
·
No
establecer cuotas anuales por encima de las recomendaciones científicas;
·
Asegurar
la transparencia en la toma de decisiones y en las subvenciones.
La pesca de arrastre es un arte muy destructivo
La Unión Europea está trabajando mucho en la lucha
contra la pesca ilegal no declarada y no regulada (INDNR).
Para ello en 2008 se aprobó un Reglamento (de lucha contra la pesca ilegal no declarada
y no regulada, Reglamento 1005/2008), con los siguientes objetivos:
·
Pesca ilegal cero en el mercado europeo;
· Divulgar
las buenas prácticas europeas al resto del mundo.
Al primer objetivo parece que se apunta con
eficacia en Europa, donde se verifica la documentación de capturas en aguas
europeas.
En cuanto al control de los lotes que vienen de
otros países es más complicado, especialmente cuando en los países de origen no
existe una verdadera regulación, por lo que el segundo objetivo es esencial y
aún hay mucho camino por recorrer.
El papel de la UE de cara a acabar con la pesca
ilegal, no declarada y no regulada.
LAS CUOTAS DE PESCA EUROPEAS ¿SON SOSTENIBLES?
Según la UE las cuotas de capturas en Europa se
cumplen bastante bien, aunque ya hemos visto que en realidad algunos países,
incluso el nuestro, pescan por encima de las mismas.
Sin embargo, la cuestión para solucionar el
problema de la sobrepesca no es solo regular cuanto se captura y controlar que
se cumple.
Lo más importante es que las cuotas pesqueras
atiendan a las indicaciones de los científicos, y ahí es donde radica el
problema: cada año se aprueban
cuotas pesqueras sin considerar las recomendaciones científicas o sin
hacer los estudios pertinentes para saber los límites asumibles.
¿De qué nos sirve
entonces tener un sistema de control tan eficiente y ser muy buenos cumplidores
si las cuotas son tan elevadas que son insostenibles?
La mayor parte del consumo de pescado de la UE se
centra en 13 especies.
El sistema de gestión de pesca de la UE se basa
en planes plurianuales y límites
de capturas anuales (las
cuotas de pesca).
Cada plan plurianual recoge los objetivos de
gestión de la población de peces y puede también incluir otras normas
específicas de conservación.
Desde que la nueva política pesquera (PAC) entró en vigor el 1 de enero de
2014, los planes plurianuales incluyen un objetivo de rendimiento máximo sostenible, que
supone la captura máxima que puede extraerse de una población de peces para
mantener el tamaño de la población (es
decir, los topes máximos para que la extracción sea sostenible, en teoría
determinados por los asesores científicos), y un plazo para alcanzar dicho
objetivo.
Los límites de capturas anuales, llamados también
TAC, totales admisibles de capturas, o posibilidades de pesca, son establecidos
por la UE para la mayoría de las poblaciones de peces y deben ser inferiores a
los rendimientos máximos sostenibles correspondientes.
Los Estados Miembros se reparten los límites de
capturas a través de las cuotas anuales, que se negocian duramente cada año, y
son responsables de velar por que se respeten los límites de las mismas.
Tras décadas de advertencias por parte de los científicos
y muchas consultas públicas, en 2013 la UE aprobó un nuevo reglamento (Reglamento 1380/2013), que incluye una
decisión histórica que exige que toda la pesca en aguas de la UE sea sostenible
en 2020.
Han pasado 6 años y a falta de un año para llegar a
la fecha límite es preciso conocer si la UE va por el buen camino de cumplir
con su propia legislación.
Objetivos de la normativa europea en materia de
pesca.
Contrastando con las recientes declaraciones de la
Comisión, que afirmaba que casi el 99% de los desembarques se capturarían de
forma sostenible en 2020, el informe más reciente del STECF (Comité Científico,
Técnico y Económico de Pesca) presenta un panorama mucho más alarmante y de
lento avance hacia las metas propuestas. Según este informe solo el 59% de las
poblaciones de peces del Atlántico Noreste que evaluaron se estaban gestionando
de forma sostenible.
¿Por qué hay tanta diferencia de datos entre lo que
dice la Comisión y lo que dice el STECF?
Las diferencias, según los conservacionistas
europeos están, en primer lugar, en que la Comisión se centra en el volumen de
desembarques en lugar de las cifras de los stocks.
En segundo lugar, solo se miden las poblaciones
gestionadas exclusivamente por la UE, a pesar de que la UE comparte muchas de
ellas con Noruega, que no es miembro de la UE.
Muy a menudo las poblaciones compartidas con este
país están sobre pescadas, por lo que su exclusión del cómputo hace que la
situación parezca mejor de lo que es.
Además, todas estas cifras sólo se centran en las
poblaciones que tienen ya definido el rendimiento máximo sostenible, el cual no
ha sido posible aún establecerlo en la mayoría de las poblaciones, porque para
ello deben dedicarse más recursos a evaluarlo.
Por lo tanto, vemos que aún hay mucho trabajo por
hacer; no se pueden dar cifras de alta sostenibilidad de la actividad cuando
tan solo se contemplan las pocas poblaciones en las que hay asesoramiento científico
y en ellas se han establecido rendimientos máximos sostenibles.
Parece pues que la UE debe darse prisa en hacer los
estudios necesarios para saber los límites de explotación sostenible y que así
las cuotas sean adecuadas a los mismos.
Este baile de cifras y la apariencia de que todo se
está cumpliendo según lo previsto da rienda suelta a que los ministros de pesca
continúen con el establecimiento de límites de pesca insostenibles en sus
reuniones anuales del Consejo.
¿QUÉ PODEMOS HACER LOS CONSUMIDORES?
Los gobiernos y las organizaciones internacionales
son los que deben hacer un gran esfuerzo para gestionar bien los recursos
pesqueros.
Es un problema global que solo se resolverá cuando
exista un consenso mundial en la voluntad de la defensa del océano.
Algunos de los a sistemas de pesca en España
Sin embargo, en nuestra sociedad orientada hacia el
mercado, los consumidores ejercen una cierta influencia porque la oferta de
productos responde a la demanda.
Esto significa que todos podemos contribuir, de una
manera u otra, a establecer la dirección que toman la pesca y la acuicultura
hacia un camino sostenible.
Una primera opción consiste en elegir pescado bien
etiquetado, del que se conozca perfectamente su origen, para evitar que sea
proveniente de pesca ilegal, y pedir las marcas de calidad como Marine
Stewardship Council (MSC).
En ellas cada pesquería se certifica ante un
organismo independiente y se determina que esa pesquería está bien gestionada (se regulan las cuotas y estas obedecen a los
conocimientos científicos reconocidos para la misma).
Estas marcas de calidad no son perfectas, y aún se
está lejos de que las recomendaciones científicas estén perfectamente recogidas
en ellas, pero son el camino para, en primer lugar, evitar la pesca ilegal, y
en un futuro poder conjugar ciencia y explotación de los recursos.
El consumidor también puede actuar de forma
responsable, no pidiendo productos del mar en una época en la que no son
abundantes.
De esta forma se dejará de incentivar la pesca en
las temporadas menos idóneas.
Para ello puede consultar algunas guías que la Confederación
Española de Pesca (CEPESCA).
Tabla de temporadas para los diferentes pescados.
Nótese que el tiburón (abarca más de 500
especies) también está catalogado como pescado.
Otra forma de actuar es informarse y saber que
cuando en las noticias nos dicen que el ministro de pesca español de turno (Ahora Ministerio de Agricultura, Pesca y
Alimentación) ha tenido un gran éxito cuando ha defendido los intereses de
nuestro país y ha conseguido que la cuota del tal o cual pescado no se haya
reducido o incluso se haya aumentado, en realidad no se trata de un éxito para
nuestro sector pesquero, porque continuamos las prácticas que nos han llevado a
la sobrepesca.
La potente industria pesquera, muy subvencionada
durante décadas, presiona para que las cuotas sean lo más altas posibles, en
muchos casos sin atender a lo que dicen los científicos.
Literalmente ha llegado a decirse que “existe una
obsesión por la sostenibilidad medioambiental inmediata”, que debe sacrificarse
en pro de objetivos sociales, económicos y de empleo del sector.
Claramente esta falta de visión sobre lo que es
sostenible es la que no nos deja avanzar; cambiar la mentalidad es avanzar hacia
el futuro.
REFERENCIAS: